Todo comienza por el inicio, lógico; Lo irónico es cuando el inicio es el final.
Para mí el inicio de todo esto marcó el final de un estilo de vida, el final de mis noches de estar sola, el fin del deseo de amar a alguien iniciando el deseo de que ese alguien fuese solo para mí.
Al parecer el destino me advirtió o me intentó alejar de esto a lo que rebelde me entregué; ingenua y desprotegida a las miradas de un hombre que parecía estar solo, me puse coqueta y en plan de conquista dejando que nuestras miradas jugaran por unos momentos, y sin darme cuenta comencé a ser atrapada por mi propia red; Le tendí un anzuelo sin notar que yo ya había caído en el suyo, su anzuelo, una seña. Salió del bar y me hizo una seña, curiosa le seguí, no podía perder la oportunidad de jugar con un hombre tan bello.
Para mí el inicio de todo esto marcó el final de un estilo de vida, el final de mis noches de estar sola, el fin del deseo de amar a alguien iniciando el deseo de que ese alguien fuese solo para mí.
Al parecer el destino me advirtió o me intentó alejar de esto a lo que rebelde me entregué; ingenua y desprotegida a las miradas de un hombre que parecía estar solo, me puse coqueta y en plan de conquista dejando que nuestras miradas jugaran por unos momentos, y sin darme cuenta comencé a ser atrapada por mi propia red; Le tendí un anzuelo sin notar que yo ya había caído en el suyo, su anzuelo, una seña. Salió del bar y me hizo una seña, curiosa le seguí, no podía perder la oportunidad de jugar con un hombre tan bello.
Iba por la vida loca, esa que nos llena de
orgullo cuando tenemos el corazón despechado, esa que nos convence de
ser libres de reglas, esa que nos hace perder el rastro de la línea que
separa lo vulgar de lo normal, ese pensamiento de que nada puede estar
mal que al fin y al cabo solo intenta cubrir inútilmente la melancolía
que nos deja una traición o una desilusión amorosa, y es ese propio
despecho lo que nos hace caer en los mismos errores que nos han dejado
donde estamos, humillados, aparentando que nada nos importa,
entregándonos en cuerpo y alma a cualquiera que se nos de la gana por la
mísera pero valiosa recompensa de sentirnos amados aunque sea por unas
pocas horas. Así estaba yo, despechada, buscando un alguien que me
hiciera sentir hermosa, amada, sensual, bella y respetable; siendo en
ese momento un ser humillado, despreciable, inseguro y egoísta.
Salí
del local y observe a mi alguien, disimulé a pesar de que tenía
propósitos claros; Al trascurrir del tiempo, íbamos paso a paso hacia el
desenlace que yo había planeado, ninguno de los dos se encontraba ebrio
así que fuimos testigos concientes de lo que nuestros cuerpos hacían;
Testigos de la química, seducción y pasión desenfrenada que cada uno
entregaba al otro; testigos de que nuestros pensamientos y deseos no
tenían miedo de ser revelados; testigos de una noche en la que conseguí
sentirme única y especial. Testigos de mi descuido, caí en una red
desconocida, sabía que esta pasión solo la podía proteger la oscuridad,
por ende, que no duraría más; pero ahora me acompañaba un sentimiento
extraño, algo que no había experimentado en el resguardar de mis otras
lunas, no quería alejarme de esa piel, noté que caí.
Terminó la
noche y comenzó la cuenta regresiva para que uno de los dos
desapareciera como tal vampiro al ver la luz atravesando las cortinas,
contra mi voluntad di ese paso, teniendo la vana esperanza de que me
detuvieran, fracasé.
No me quedó mas alternativa que seguir mi vida de viuda negra, pero la mirada penetrante, a la vez tímida e indefensa de ese hombre no tenía ni la menor intención de dejarme en paz. Creo haber jugado el juego equivocado para este personaje, o quizás sin darme cuenta traspasé mis barreras y el personaje ahora soy yo, y la película no es mía si no que de él.
No me quedó mas alternativa que seguir mi vida de viuda negra, pero la mirada penetrante, a la vez tímida e indefensa de ese hombre no tenía ni la menor intención de dejarme en paz. Creo haber jugado el juego equivocado para este personaje, o quizás sin darme cuenta traspasé mis barreras y el personaje ahora soy yo, y la película no es mía si no que de él.
Creí
estar loca, no estaba acostumbrada a pensar tanto en “uno más de ellos”
después del despreciable que me dejo así, despechada y humillada
viviendo la vida loca. Me había acostumbrado a que perdiera importancia
el nombre del individuo al que me entregaba, pero ahora estaba
desesperada buscando en mi cabeza el momento en el que ese hombre
misterioso presentó su nombre y abrió conversación conmigo fuera del
bar.
Para distraerme un poco fui a otro bar, limpie mi cabeza al
menos por un momento y busqué a otra víctima para mi juego. No necesité
de mucha búsqueda ni de muchas palabras para tener a otro hombre entre
mis brazos, pero la pesadilla comenzó cuando en el momento de
entregarnos, extrañe al misterioso que había antepuesto a este. Sus
manos, su boca y su piel me atormentaban…
A la siguiente noche
decidí volver a donde comenzó todo, no podía soportar estar al otro lado
de la situación, generalmente era yo quién abandonaba sin reprensiones y
quién no le daba importancia al sujeto luego de cumplir mi propósito,
pero ahora no era así, ese misterioso me hizo caer en su juego y las
cosas no podían quedar así.
Le vi, tal como lo había planeado, y tal como lo había notado él era un frío jugador igual a mí y estaba intentando engañar a una estúpida que gozó la suerte de encontrarle antes.
Mi hombre misterioso había cambiado su apariencia física, igual a como lo hacía yo para no ser descubierto por las anteriores en caso de un reencuentro, pero a mi querido frío y calculador se le escapó un detalle – entre ladrones se conocen las trampas – y nosotros dos éramos ladrones de pasión, los dos nos manejábamos bien en el engañoso juego de la seducción, por ende los dos conocíamos el despecho.
Le vi, tal como lo había planeado, y tal como lo había notado él era un frío jugador igual a mí y estaba intentando engañar a una estúpida que gozó la suerte de encontrarle antes.
Mi hombre misterioso había cambiado su apariencia física, igual a como lo hacía yo para no ser descubierto por las anteriores en caso de un reencuentro, pero a mi querido frío y calculador se le escapó un detalle – entre ladrones se conocen las trampas – y nosotros dos éramos ladrones de pasión, los dos nos manejábamos bien en el engañoso juego de la seducción, por ende los dos conocíamos el despecho.
Intenté atraparle con miradas pero sus
ojos no respondieron a los gritos desesperados que les daban los míos y
se retiró del bar junto a su presa fácil, camino a cumplir su propósito.
Quise llorar, ignoro por qué, desconozco totalmente como se le llamará a
este sentimiento ¿amor? qué estupidez, es imposible.
Luego de
incontables noches vacías y de lágrimas con motivo desconocido, admití
que era el karma el que me atacó, la merecida venganza que nos da el
destino, porque ese hombre me hizo doler con mis propias armas, las de
la seducción.
Prontamente decidí olvidarle, para ello debía apartarme del despecho y de las noches de lujuria, estaba decidida, lo logré. Me costó dejar ese toque coqueto con los hombres, me dolió el hecho de no poder salir por las noches, de intentar disfrutar cafés y sonreír como estúpida en una… ¿cita? Pero no tardé mucho en comenzar a disfrutar este estilo de vida, comencé a tomarle cariño al hecho de ser yo, de presentarme con mi nombre, de decir “nos vemos mañana”, de construir algo sólido, era reconfortante; Pero mi karma no había terminado, cuando ya había dejado atrás la vida loca y comenzaba a nacer algo real entre yo y un chico tierno que conocí, por esas vueltas del destino, gracias a él, acabé en el mismo bar que me dejo como estaba antes, despechada, usada y basureada.
Prontamente decidí olvidarle, para ello debía apartarme del despecho y de las noches de lujuria, estaba decidida, lo logré. Me costó dejar ese toque coqueto con los hombres, me dolió el hecho de no poder salir por las noches, de intentar disfrutar cafés y sonreír como estúpida en una… ¿cita? Pero no tardé mucho en comenzar a disfrutar este estilo de vida, comencé a tomarle cariño al hecho de ser yo, de presentarme con mi nombre, de decir “nos vemos mañana”, de construir algo sólido, era reconfortante; Pero mi karma no había terminado, cuando ya había dejado atrás la vida loca y comenzaba a nacer algo real entre yo y un chico tierno que conocí, por esas vueltas del destino, gracias a él, acabé en el mismo bar que me dejo como estaba antes, despechada, usada y basureada.
Lo vi nuevamente, ese hombre
misterioso ahora reconocible por cada uno de mis sentidos, ese hombre
que me besó y luego besó a otra; ese hombre que me juró eternidad, el
mismo que se marchó antes de poder comenzar a contar los segundos; Ese
hombre que me coqueteó con las mas rebuscadas frases de amor, el mismo
que me dejó sola sin decir una palabra; Ese hombre, ese mismo hombre
estaba frente a mí, mirándome sin querer mirarme, mirándolo sin querer
mirarlo, claramente lo odiaba, pero toda mi tenacidad cayó cuando
nuestras pequeñas y ocultas miradas se coordinaron formando una sola,
los recuerdos volvieron a mi mente de un golpe y esa noche fuimos
testigos del dolor y de la pasión, me odio…
¿Por qué me has hecho
esto mi querido tierno? Yo que abandoné mi vida lujuriosa por ti, yo que
aprendí a vivir de verdad junto a ti ¿Por qué me has hecho caer en lo
que me había escapado? Me habías ilusionado bastante, mejor dicho, me
había ilusionado demasiado el hecho de haber hecho las cosas bien por
primera vez en mi vida ¿me estás haciendo pagar mi karma? Oh! Pobre alma
que le a tocado pagar por otros, sé que no quieres hacer esto pero
cumples rendido ante el seguir del destino ¿cierto?...